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Bodega
Nuestros orígenes
Nuestros orígenes se remontan al año 2019, cuando se fundó la Bodega Lanica, tal y como la conocemos hoy. Este proyecto familiar surgió con el objetivo de recuperar la producción de vino que se llevaba a cabo en esta casa hasta el año 1960.
La familia Lanica contaba antiguamente con una larga trayectoria en el mundo vitivinícola, la cual se transformó en 1960 hacia modelos de agricultura orientados al cereal.
Sin embargo, recientemente, los jóvenes de la familia, Pablo Sen y Pedro Abad, han decidido retomar la producción de vino al concluir sus estudios de ingeniería agronómica.
Armonía generacional
Las decisiones en la bodega se toman de manera conjunta entre los miembros más jóvenes de la familia y los de mayor edad, quienes poseen una envidiable experiencia adquirida a lo largo de la vida.
La juventud de Pedro y Pablo aporta las técnicas más modernas y los conocimientos recién adquiridos en sus estudios sobre las últimas técnicas de elaboración. No obstante, se valoran los consejos y conocimientos relacionados con la viticultura y enología al escuchar a los miembros mayores de la familia. Un ejemplo de esto es que siempre nos ceñimos al calendario lunar en todas las operaciones realizadas en la bodega y, por supuesto, en el viñedo.
Actualmente, esta técnica se conoce como biodinámica, pero es un hecho que siempre ha estado presente en los pueblos y que nosotros deseamos seguir manteniendo viva.
Resurgiendo en Lanaja
Esta bodega familiar se ubica en la villa de Lanaja, en pleno desierto de Los Monegros. En esta localidad, anteriormente, era muy común recibir visitas de comerciantes de las ciudades que acudían a comprar vino a granel, ya que el vino de Lanaja gozaba de muy buena fama.
Sin embargo, con la llegada de infraestructuras hidráulicas, como el canal de Los Monegros, los agricultores decidieron cambiar sus cultivos y dedicarse a cultivos cerealistas y forrajeros para aprovechar la disponibilidad de agua. No obstante, hoy en día, con la llegada del cambio climático, es un buen momento para mirar al pasado y recurrir a cultivos que tienen necesidades hídricas menores, como es el caso de la vid, y que además nos ayudan a crear un tejido empresarial en la zona.
Con esta filosofía, nuestra familia decide retomar el pasado para crear un futuro prometedor en nuestros pueblos. Disfrutamos con nuestro trabajo y queremos que vosotros también podáis disfrutar de nuestros productos.